“Titan”: Netflix expone el momento en que ignoraron las advertencias sobre el submarino OceanGate

Netflix lanzó uno de los documentales más esperados del año: Titan: El desastre de OceanGate, una producción que explora a fondo lo que ocurrió antes, durante y después de la trágica implosión del submarino Titan, en la que murieron cinco personas el 18 de junio de 2023 mientras se dirigían a explorar los restos del Titanic.

Más allá de mostrar los hechos, el documental expone con claridad las advertencias ignoradas por parte de OceanGate, especialmente por su CEO, Stockton Rush, quien despidió al piloto que puso en duda la seguridad del sumergible meses antes de la tragedia.

 

¿Qué pasó con OceanGate y el Titan?

En el centro del documental está la figura de David Lochridge, exdirector de operaciones marítimas de la compañía, quien desde el inicio mostró preocupación por el diseño del casco de fibra de carbono del Titan. Lochridge pensó que la nave recibiría una certificación externa, pero eso nunca ocurrió.

Uno de los momentos más tensos revelados en el documental es cuando, en una expedición previa al Titanic, el propio Rush estuvo a punto de estrellar el submarino contra escombros del SS Andrea Doria. El piloto tuvo que intervenir para evitar el accidente.

Tras ese episodio, Lochridge redactó un informe interno en enero de 2018 donde advirtió que el diseño del Titan era ineficiente y peligroso. Su objetivo, según cuenta en el documental, era garantizar la seguridad de los tripulantes. La respuesta de Rush fue tajante: lo citó a una reunión con altos directivos y luego lo despidió.

Rush minimizó las advertencias diciendo que la industria era demasiado conservadora y que en OceanGate “hacemos cosas raras aquí, fuera del molde”. Poco después, también renunció Bonnie Carle, directora de Recursos Humanos, y otros expertos decidieron desvincularse del proyecto.

 

Un documental que expone negligencia

La producción de Netflix reconstruye con entrevistas y material inédito el ambiente interno de OceanGate, donde las decisiones del CEO fueron cuestionadas por expertos como Rob McCallum, quien también abandonó el proyecto por la falta de certificaciones adecuadas.

El documental pone sobre la mesa un debate urgente: ¿hasta dónde puede llevar la ambición cuando no se escucha a los expertos? El caso OceanGate no solo fue una tragedia humana, también evidenció un patrón de negligencia que hoy sigue generando preguntas.

 

 

 

 

 

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